viernes, 28 de mayo de 2010

Adios querido abuelo.

No se como liberar el dolor que siento dentro de mí. Hace una semana y dos días que te marchaste para siempre, y no soy capaz de aceptarlo. Simplemente no puedo.

Lo peor de todo es que hace poco estuve contigo, y todo marchaba bien. Confiaba en tenerte unos años más. Pero de un día para otro empeoraste, y lo pasaste muy mal. No tuve el valor de estar en los peores días, fue mi madre quien lo hizo. Un gran remordimiento me atormentabas, hasta que me hicieron saber que tu no querías que te viera así.

Las lagrimas siempre brotan con cada uno de tus recuerdos, tu alegría al verme cuando llegaba a casa, o el cariño con el que me abrazabas. Ya nunca nadie más volverá a decirme "artista" o "tesoro", que era como solías llamarme. Debí haber aprovechado mejor esos últimos días que estuve contigo... no sabes cuanto siento que estuviera un poco triste.

Y a pesar de todo, a pesar de que ya sé que estás descansando en paz, no puedo asimilarlo. Llamadme tonta, o lo que queráis, pero no puedo. El día que tenga fuerzas para volver a casa, y vea que realmente no estás... entonces... entonces no se como voy a soportarlo.

En la vida de toda persona sabes que debes pasar por estos momentos, son inevitables, "ley de vida", pero ello no quita que sea tan doloroso, amargo, triste.

Me dijeron, que esos últimos días los pasaste muy mal, primero con mucha ansiedad y nerviosismo, luego, con un silencio casi absoluto, y finalmente con mucho dolor. No sabes cuanto me atormenta eso, no sabes cuanto.

Confío que el tiempo cure mis herias, y que llegue el día en poder recordarte sin sentir este terrible dolor.

Pero una cosa tengo segura, jamás podré olvidarte. Sabes que eras muy importante para mí, y que te quería muchísimo... debí decírtelo más veces...

en fin... siempre me decías:
"Tesoro, ¿cuando yo ya no esté quién te va a dar todo lo que pidas?" Siempre he sabido la respuesta:
Nadie.

Nunca podré olvidar la última vez que vi, acostado en tu camita, haciendo la siesta, me despedí de ti con un beso, algo me decía que sería la última.

Descansa en paz abuelo, siempre estarás en mi corazón, y de algún modo se que siempre estarás a mi lado.